Nací bajo el brillante sol de Barcelona, una ciudad de contrastes, donde lo antiguo se entrelaza con lo nuevo, creando una sinfonía de culturas, colores y sonidos. Desde pequeño, esta ciudad me cautivó, llevándome por callejones llenos de historias y plazas que resplandecían con vida y arte.
Desde joven, siempre tuve un lápiz en la mano. Dibujaba todo lo que veía: desde las gárgolas de la Catedral de Barcelona hasta los artistas callejeros que bailaban flamenco en Las Ramblas. Mis padres pronto se dieron cuenta de mi pasión y me inscribieron en clases de arte. Pero no fue hasta mi adolescencia, cuando vi mi primer estudio de tatuajes, que supe cuál sería mi verdadero llamado.
Recuerdo ese día como si fuera ayer. Me encontraba paseando por el Barrio Gótico cuando me topé con un pequeño estudio, cuyo escaparate estaba adornado con impresionantes diseños de tatuajes. Me quedé allí, hipnotizado, durante horas. Sentí una conexión instantánea y supe que quería ser parte de ese mundo.
Ingresé como aprendiz en ese mismo estudio, bajo la tutela de un veterano tatuador llamado Miguel. Él me enseñó no solo las técnicas, sino también la ética y el respeto que este arte merece. A través de sus enseñanzas, comprendí que cada tatuaje es una historia, una marca indeleble en la vida de alguien, y debe ser tratado con el mayor cuidado y dedicación.
Durante años, trabajé codo a codo con Miguel, pero mi sed de conocimiento me llevó a viajar por el mundo. Recorrí Europa, Asia y América, aprendiendo de los mejores maestros tatuadores y absorbiendo diferentes estilos y técnicas. Cada país, cada ciudad, aportó una pieza al rompecabezas de mi estilo propio.
Regresé a Barcelona con una visión clara: quería abrir mi propio estudio, un espacio donde pudiera fusionar la rica historia de mi ciudad con las técnicas modernas que había aprendido en mis viajes. Y así nació “Dani Tattoo Studio”, ubicado en el corazón de El Raval, un barrio que, al igual que yo, combina tradición y modernidad.
A lo largo de los años, he tenido el honor de tatuar a miles de personas, cada una con su propia historia. He aprendido que ser tatuador no es solo sobre el arte, sino también sobre la conexión humana. Es escuchar, entender y plasmar en la piel lo que el cliente lleva en su corazón.
Además de tatuar, también he tenido la oportunidad de enseñar. He impartido cursos y talleres, compartiendo mi pasión y conocimientos con la próxima generación de tatuadores. Es increíblemente gratificante ver a mis alumnos florecer y llevar el arte del tatuaje a nuevos horizontes.
En mi tiempo libre, me encanta perderme en las calles de Barcelona. A menudo visito galerías de arte, asisto a conciertos locales y, por supuesto, disfruto de la exquisita gastronomía de mi ciudad. Cada experiencia enriquece mi perspectiva y se refleja en mi trabajo.
Mirando hacia el futuro, tengo grandes planes. Estoy trabajando en una serie de diseños inspirados en la arquitectura modernista de Barcelona, y también planeo organizar un festival de tatuajes internacional aquí en la ciudad, reuniendo a los mejores talentos del mundo.
Barcelona es mi hogar, el tatuaje es mi pasión, y tengo la suerte de vivir en un cruce donde ambos mundos se encuentran. Soy Dani, conocido como “Dani Tattoo”, y este es mi viaje.